Compartimos el contenido íntegro del artículo publicado en «el Comidista» de El Pais con una serie de consejos para ir a la compra.
Si lo prefieres, puedes leer el artículo en su sitio web.
Comprar comida es uno de los pocos motivos permitidos para salir de casa. ¿Cómo podemos hacerlo sin correr riesgos innecesarios? La experta en seguridad alimentaria Gemma del Caño tiene la respuesta.
Vienen días duros, es indudable; debemos ser responsables y evitar salir de casa excepto para motivos imprescindibles. Y comer es imprescindible. ¿Cómo afecta el COVID-19 a nuestra compra? ¿Podemos hacerla igual que antes? ¿Qué precauciones deberíamos tener en el supermercado?
Antes de comenzar, es importante remarcar que estamos hablando de un virus respiratorio y no estomacal. Es decir, el riesgo está en el contacto con alimentos de personas contagiadas y éstos de nuevo con personas sanas. Una transmisión por contacto y no por ingesta: de hecho, la EFSA ha indicado que a día de hoy no tiene notificaciones sobre contagios debidos a alimentos.
Otra alarma en la que no debemos caer es el desabastecimiento. El suministro de alimentos está garantizado siempre que sigamos comprando como veníamos haciendo hasta ahora (o sea: de la manera habitual). Si nos llevamos más de lo necesario a lo loco, aumentaremos el desperdicio alimentario y sí podemos tener problemas de reposición. Como no va a faltar comida, compra normal.
Preparar la compra: la lista, la hora y las distancias
Debemos hacer la compra en el menor tiempo posible y saber previamente para cuánto tiempo vamos a llevar comida. Para ello, hay que elaborar un menú: haz una lista de la compra y llévate sólo lo necesario. Sigue este método también cuando pase el coronavirus, ahorrarás dinero, tiempo y no comprarás por impulso productos insanos. Aprovechemos las cosas buenas que nos deja este lío.
En segundo lugar, tenemos que decidir en qué momento vamos a la compra, por supuesto, ir solos, salvo que acompañemos a una persona dependiente. Debe ser cuando menos afluencia de gente haya. Algunos acertaréis a la primera, otros el día 15; no te preocupes, vamos a seguir con las recomendaciones para que esto sea lo de menos. Eso sí, debemos permanecer constantemente a un metro y medio de cualquier persona. En el caso de ir a una tienda, debemos esperar nuestro turno en la calle de nuevo a metro y medio del siguiente.
Antes de salir de casa, hazte estas preguntas: ¿Tienes tos? ¿Algún síntoma? No pienses sólo en COVID-19: ¿te encuentras mal? ¿Diarrea? No salgas: la primera barrera para evitar contagios es que la gente que está contagiada no salga de casa para nada. Si la respuesta a esas preguntas en NO, fenomenal, pero eso no impide que puedas contagiar y no lo sepas así que es necesario seguir las medidas de precaución.
Mejor tu bolsa que carritos y cestas
En el supermercado hay carritos y cestas. En algunos están facilitando gel y papel para desinfectar. Si no queda más remedio, hazlo, pero recuerda que el gel hidroalcohólico no cumple con todo su efecto si hay materia orgánica y no tengo claro cada cuánto limpian los carros con agua y jabón así que la recomendación es, si es posible, lleva tus propias bolsas.
¿Es necesario usar guantes y mascarilla? Como nadie enfermo ha ido a comprar, no es necesario el uso de mascarilla. Eso sí, debes ser responsable y:
- Mantener la distancia de seguridad
- No hablar encima de los alimentos
- No tocar los alimentos sin guantes
- Damos por hecho que no tienes tos, pero si la tienes, tose al antebrazo y lejos de los alimentos
- No tocarte la cara desde que entras hasta que llegues a casa. (Esto es dificilísimo, lo sé, pero es importante, seamos conscientes de nuestros actos)
- Utilizar guantes de usar y tirar para elegir fruta y verdura, como hasta ahora venías haciendo, ¿verdad?
Estarás pensando: ¡si para rasgarlo tengo que tocar el guante posterior! Lo sé, lo tenemos en cuenta, el guante está doblado de tal manera que no tocarás zonas críticas que luego estén en contacto con alimentos. ¿Pensabas que estaba así doblado por mala leche? Eso sí, nada de chupar el dedo para abrir la bolsa o el guante. Tómate tu tiempo y ábrelo con paciencia.
En el caso de ser una tienda pequeña: necesitamos la responsabilidad de los dueños y que no abran en caso de tos u otros síntomas. Lavado de manos constante, después de manipular alimentos y después de tocar dinero. El gel hidroalcohólico está bien pero no para evitar el lavado de manos. No sirve de nada el uso de guantes si tocan el alimento desnudo con ellos: lo mejor es utilizar la bolsa en la que se lo van a llevar para tocar el producto. Todos los alimentos deberían estar cubiertos y en ningún caso expuestos a los clientes: es complicado, pero es lo que toca.
¿Qué podemos comprar?
Como vamos a poder ir cuando lo necesitemos, podemos hacer la compra habitual. Si quieres ir menos, no tienes que evitar los frescos, sólo elegir los que aguantan más, como naranjas, manzanas, peras, tomates, zanahorias, calabaza, puerros o calabacín (cuando las cosas se ponen chungas, agradecemos las ceras comestibles que se usan para proteger a los alimentos y que así duren más ¿eh?).
Si te apetecen otros alimentos que duran menos como acelgas, espinacas, consúmelos los primeros utiliza las conservas o las bolsas de congelado. Ni te preocupes: son igual de nutritivas. No te pongas la excusa de cuarentena para comer mal, a ver si por quince días vas a pagarlo después tres meses: tienes a tu alcances un montón de comidas saludables como frutos secos, legumbres, fruta, huevos, verdura, pescado, pollo y todo lo demás.
Intenta evitar en la medida de lo posible las chucherías, ultraprocesados y otros alimentos insanos: vamos a pasar mucho tiempo en casa, y si la tentación no vive arriba sino en la alacena vamos a caer en ella muchísimas más veces de las que creemos. ¿Nada dulce? Bueno, todos los que tenemos niños -o antojos dulceros- lo hemos hecho: lleva harina integral y haz un bizcocho.
El momento de pagar
Ya lo tenemos todo, vamos a pasar por caja. Este es otro punto importante a tener en cuenta: en la cola debes mantener el metro y medio de distancia, ya lo sabes, pero con el personal de caja también. Procura no usar dinero en efectivo, es un gran transmisor de este y otros microorganismos: este coronavirus sobrevive unas 4 horas en las monedas. Ten en cuenta que quien está en la caja va a tener que tocar el dinero de todos los que paséis por allí así que, también por ellos, utiliza la tarjeta. Es mejor aún si tienes la posibilidad de pagar con el móvil, así evitarás tocar el datáfono.
Es el momento de hacer una mención especial a todos los productores, fabricantes, distribuidores y personal de supermercado por todo el esfuerzo que están haciendo estos días. En especial al personal de caja, que además es el que recibe en la mayoría de casos las exigencias, el nerviosismo y, en ocasiones, directamente la mala educación de los clientes.
Para ellos también hay recomendaciones: sí deberían utilizar gel hidroalcohólico porque no pueden lavarse constantemente las manos. También es necesario desinfectar siempre que sea posible las líneas de caja. El uso de guantes en ellos -igual que para el consumidor- dan una falsa sensación de seguridad y si nos tocamos la cara, superficies y alimentos, estaremos haciendo lo mismo que si no los tuviéramos. El virus no dice “¡ojo! Vámonos de aquí, que son guantes”; lo siento, pero no. Si el uso de guantes va a hacer que os concienciéis de que no hay que tocarse la cara, usadlos, pero con ese objetivo y no con otro, pero cumplidlo: cuando cojáis el hábito, no os harán falta más.
Sigamos. Metemos nuestros alimentos de nuevo en nuestra bolsa y seguimos sin tocarnos la cara. Le damos las gracias -y ánimos- al personal del supermercado y vamos pitando a casa. Nunca habíamos respetado tanto la cadena de frío como ahora.
Ya estamos en casa, ¿y ahora?
Ahora nos lavamos las manos, sacamos el alimento y lo dejamos sobre una superficie limpia y desinfectada. Con agua y lejía es suficiente. Esas bolsas irán a la lavadora, 60 grados, como siempre. Ya lo hacías ¿verdad? Es importante para evitar la multiplicación de bacterias como la Listeria. Si vas a congelar alimentos, hazlo de la forma más plana posible y hazlo ahora, cuando la carga de bacterias es pequeña, no el día antes de que se estropee. Congelando en plano tenemos más sitio en el congelador y favorecemos que se congele, y descongele, antes y de forma más uniforme.
A la hora de lavar frutas y verduras: bajo un chorro de agua, como antes, si te quedas más tranquilo y quieres poner líquido desinfectante alimentario, vale, pero recuerda que debes lavarlo de nuevo después para eliminar restos. La última barrera de seguridad será el correcto cocinado, esto vale para cualquier microorganismo. En el caso de productos que no se van a cocinar, lo más importante es que nuestras manos y superficies estén limpias antes y después de manipularlo y que en ningún caso esté expuesto. Es decir, eso del pan en la encimera, la fruta en el frutero sin tapar, nanai.
La mitad de estos consejos son los habituales en materia de seguridad alimentaria y buenas prácticas de manipulación. Si esto sirve para concienciarnos de que la seguridad empieza en la industria, pero acaba en nuestra casa bajo nuestra responsabilidad, habremos ganado mucho.
Ya sabes, frente al miedo, conocimiento y #yomequedoencasa